Me perdí en el viaje, nunca me sentí tan bien. Sin secretos no hay amor. Sacar belleza de este caos es virtud, o no?. Y en un segundo me encontré, uh babe, en un furioso mar, sin saber de ti. Duermo en tus labios pero por favor no sonrías o caeré. Que la inocencia nos proteja, ahora que todo es más perverso. Creo, te hice tan mía que por un instante te olvidé. Cuando te busco no hay sitio en donde no estés. Un arcoiris artificial. Sumidos en una calma extraña, una tranquila desesperación. Un compás de luz el faro dibujó en el mar. Nadie supo que nos pasó, y ahora somos polvo cósmico. Nos sentamos en la cama, nos moríamos de ganas. No está mal sumergirme otra vez, ni temer que el río sangre y calme. Es que la vida es gas y es tan dulce traspasarla. Sin hablar, sólo roces. Son de la luna y la marea de venus. Mi ego va a estallar, ahí donde no estás. Alguna vez querrás saber la dirección para volver al origen que al principio fue. No me hablen de esperanzas vagas, persigo realidad. Mecanismos de ilusión. Suspiraban lo mismo los dos. Desordené atomos tuyos para hacerte aparecer. Hoy te apuré estaba tan sensible, son espejismos que aumentan la sed. No esperaba tanto resplandor. Perderme en un zigzag frenético. 11 yo 12 vos 13 paré de contar.
Klee con su enseñanza proporcionó modelos, pero no de cosas sino de conducta. Enseño que el proyectista proyecta siempre para la vida, y de ella tiene que tener presente su totalidad, con todas sus capas y niveles. Porque la finalidad del proyectista es eliminar de las cosas que proyecta todo carácter extraño para ambientarlas no ya en un espacio-tipo, abstracto o geométrico, sino en el espacio real de la existencia
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